Nuestra Cotidianidad
mayo 30, 2014 9:49 pmA pesar de ser considerado Guatemala un país multiétnico, pluricultural y multilingüe tal cual rezan los enunciados a partir de los acuerdos de paz, dista de serlo. Quienes aspiramos a un país digno, justo y humano, nos agobia la desesperanza, la frustración y la preocupación de heredar un país deteriorado política, económica y ambientalmente, por la siguiente realidad:
La constitución política de la república privilegia a la persona. Igualmente los principios del “desarrollo rural” que conceptúan y aplican los principales entes del desarrollo latinoamericano al que fielmente obedece el país, promoviendo un desarrollo con “rostro humano” principalmente en el área rural. Sin embargo, los indicadores para ello siguen sin cambios sustanciales, por los niveles de pobreza y extrema pobreza; la insalubridad, la exclusión social, la vulnerabilidad indígena y la alarmante violación al derecho a la alimentación.
La población campesina se aproxima a 8 millones, de los cuales el 52% son mujeres. En el área rural la población que vive en condiciones de pobreza y extrema pobreza es de 2,433,538 mujeres y 2,308,322 hombres que vive los efectos de la política de la modernización del Estado, que consistió en la supresión de las instituciones estatales y disminución del sector público agropecuario. Y culminó con la suscripción del Tratado de Libre Comercio (DR-CAFTA) en Washington el 5 de agosto de 2004. Desde entonces se fomenta el modelo de desarrollo basado en el “libre mercado” cuyos efectos son regresivos en salud, soberanía alimentaria e ingresos económicos.
No se ha resuelto la situación de la tenencia de la tierra, por lo que cada vez se atomiza. Amplios sectores del altiplano densamente poblado por el 100% indígenas de los cuales el 60% son mujeres, el 80% de familias tiene menos de una manzana (0.7has) de tierra que malviven en insuficiencia alimentaria.
Guatemala importa el 36% (676 mil toneladas) de maíz para necesidades alimentarias y para animales. Una sola empresa controla el 11% de maíz blanco. En la última década, el empresariado controló la comercialización de maíz importado, suplantando la producción campesina. No obstante, las labores para la producción de maíz a nivel de país genera 37 millones de jornales por año que equivale a 900,407 empleos y representa el 73% con relación a los jornales que genera el resto de cultivos. El rendimiento ha descendido a un promedio nacional de 24.9 quintales por manzana.
El 65% de superficie es afectada por altos índices de erosión. En zonas desprovistas de cobertura vegetal, los grados de erosión oscilan entre 700 y 1,110 toneladas métricas por hectárea. La tasa de deforestación anual es de 73,148 hectáreas. Eso es un factor más por lo que Guatemala es uno de los países más vulnerables al cambio climático.
Del producto interno bruto (PIB), el 1.17% es el presupuesto de Salud, el más bajo de Latinoamérica.
En Guatemala habitan más del 50% de población desnutrida en Centro América. El 43% en desnutrición crónica infantil (menores de cinco años); el 50% no tienen acceso a agua; el 50% accesa a agua
contaminada. El 66.6% de la población no es atendido en salud básica por falta de dinero; el 13.9% porque no conoce la existencia o no hay servicios de atención. Por eso culturalmente el 68% de atención a las mujeres es en su propia casa, donde el papel de la mujer como cuidadora y curadora ofrece atención en salud preventiva y curativa en las casas y hogares, así como los grupos de comadronas y curanderas que son invisibilizados en la prestación de servicios curativos. En el área rural las comadronas atienden el 60% de partos.
La cifra oficial de infectados de VIH a junio de 2,009 es de 19,856. Se calcula que el subregistro es del 60,000 infectados (ONUSIDA).
En promedio, cada año hay 21 mil 153 denuncias de violencia intrafamiliar por las instituciones facultadas por la ley; el 88.2% de los agresores son hombres; el 89.6 de las víctimas son mujeres. No hay cálculos de las víctimas de violencia intrafamiliar que omiten denunciar por factores como amenazas, pasividad de los entes que imparten justicia.
El ordenamiento jurídico en la última década ha enfatizado la descentralización y participación de la ciudadanía, pero la misma no se ha hecho positiva en el accionar de la población. Sólo hay 4 diputados indígenas y 2 alcaldezas indígenas.
El descabezamiento del liderazgo de las expresiones sociales en la década de 1,980, tiene rezagos en el liderazgo actual en la desarticulación del tejido social. No hay consenso amplio al respecto del desarrollo rural. El “liderazgo que hacía el uso de la palabra para cuestionar el sistema y proponer cambios políticos y económicos, a partir de la década de 1,990 se ha puesto a cogobernar con la lógica de proponer cambios desde adentro en vez de hacerlo a través de manifiestos públicos.
El movimiento indígena que tomó fuerza en 1990 ha sido cooptado y no es un frente amplio ni una fuerza política. Sin embargo, en poblaciones indígenas están despertando y defendiendo sus recursos naturales ante proyectos petroleros, hidroeléctricas y minería, a través de pronunciamientos, manifestaciones y consultas comunitarias que ha contribuido a no explotar los recursos naturales a gran escala.
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