¡Mujeres indígenas kaqchikeles ponen fin a la violencia en su contra!
febrero 1, 2021 3:19 pm
Desde 2014, como FUNDEBASE iniciamos un proceso de fortalecimiento de capacidades con mujeres indígenas en comunidades de Chimaltenango, con temas relacionados a la autogestión y empoderamiento económico, derechos de las mujeres y violencias de género.
En los programas participan Sol, de 50 años y Vida de 25 años (nombres ficticios para resguardar su identidad), quienes tras conocer sus derechos, las rutas de denuncia y alcanzar cierto nivel de independencia económica -después de vivir, 18 años de violencia y en el segundo, 2 años-, ambas decidieron denunciar su situación ante el Juzgado de Paz de la localidad, en marzo de 2020. Se separaron de sus parejas y lograron orden de alejamiento. En uno de los casos se logró que los bienes del agresor pasaran a nombre de sus hijos e hijas.
La experiencia vivida y compartida por Sol y Vida, motivó a Mar, 35 años (nombre ficticio) a denunciar su caso en abril del mismo año y ponerle fin a la violencia que vivió por 15 años con su esposo y suegros.
Los logros judiciales de Sol, Vida y Mar son parciales, sin duda. El camino que tienen por recorrer será largo y complicado, dado que el sistema de justicia es patriarcal; casi siempre falla a favor de los hombres o aboga por la “reconciliación”, obligando a las mujeres a regresar al círculo vicioso de la violencia y muchas veces las pone en mayor riesgo.
Hay cuatro factores que motivaron el ejercicio del derecho a denuncia y justicia en los tres casos: a) el conocimiento de los derechos básicos como mujeres; b) el nivel de autoestima alcanzado; c) la pertenencia a un grupo comunitario que animó y respaldó sus denuncias y d) la independencia económica que les permitió tener mayor libertad.
Existen múltiples formas de violencias como la psicológica, la física, la económica y la violencia política. Según la Organización de las Naciones Unidas, la violencia en contra de las mujeres es la peor forma de discriminación contra la mujer y se identifica como el mayor obstáculo para que las mujeres salgan adelante.
En FUNDEBASE tenemos un alto compromiso para contribuir a la erradicación de las violencias machistas, promover la igualdad de género y la exigibilidad de derechos de las mujeres. Por tal razón integramos al nuevo Plan Estratégico el programa Mujeres empoderadas y libres de violencias, que orientará nuestro accionar dentro de los próximos 10 años.
La violencia en cifras
El patriarcado, el machismo y la discriminación como problemas globales y estructurales que vienen de un sistema de dominio político, económico y social, se acentúan principalmente en comunidades indígenas marginadas y empobrecidas.
Las mujeres en Guatemala sufren una triple discriminación: por ser mujeres, indígenas y pobres; siendo la “economía de los cuerpos” y la “economía del cuidado” dos de las principales formas de explotación sexual de las mujeres.
Según el último censo realizado en el 2018, las mujeres representan el 52% de la población y el 40% de la Población Económicamente Activa -PEA-; pero las brechas en materia de igualdad de género son notorias.
El cierre de espacios para las mujeres y la violencia política se ejerce desde la escala más alta, hasta las estructuras organizativas comunitarias
n el actual gobierno dos hombres encabezan el Ejecutivo y sólo tres mujeres tienen cargos en el Gabinete. En el Organismo Legislativo, para la novena legislatura, hay 31 mujeres de 160 diputados, representando un 19.38% con relación a los hombres. Las alcaldías municipales son ocupadas por 11 mujeres, siendo un 3.2%.
Según el observatorio de las mujeres del Ministerio Público MP-, en 2019, más de 60 mil mujeres denunciaron ser víctimas de algún tipo de violencia; asimismo, se registraron 9 mil víctimas de violación sexual.
El Observatorio de la Salud Sexual y reproductiva -OSAR- revela que entre
2015 y 2019 se registraron 114,858 embarazos en adolescentes y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses -INACIF- reporta que en 2019 fueron asesinadas 694 mujeres.
Hay una creencia normalizada y naturalizada en las comunidades que se escucha tanto por hombres y mujeres: “porque te quiero te pego” o “porque me quiere me pega”, pero es un pensamiento erróneo porque vulnera la integridad de las mujeres.
Categorizado en: Noticias