Escuelas Campesinas, una apuesta contra el Cambio Climático

mayo 26, 2021 12:02 am

Por Fundebase

En el cantón Chunimá hay escasez de agua. La comunidad kaqchikel, ubicada a unos 140 kilómetros de la ciudad de Guatemala, en el municipio de Chichicastenango, Quiché, está catalogada como un área seca, según un diagnóstico realizado por FUNDEBASE. La escasez de agua que afecta a unas 5,400 personas es una consecuencia del Cambio Climático.

Para mitigar los efectos negativos del Cambio Climático el equipo local de FUNDEBASE implementa Escuelas Campesinas. A través de los procesos formativos aplican técnicas como la cosecha de agua por medio de un sistema de reciclaje de aguas grises y el semitechado, para captar el agua de lluvia y emplearla en la producción durante el verano. Ambos métodos son sencillos y poco costosos para las familias. 

De campesino a campesino

Los encuentros de comunitarias y comunitarios para la transmisión de los conocimientos adquiridos en las Escuelas Campesinas también forman parte de los procesos que desarrolla FUNDEBASE. El pasado 20 de mayo se reunieron representantes de los cantones Chugüexá II A, Pajuliboy, Panimaché I, Sacpulup y Chunimá para intercambiar los conocimientos aprendidos sobre cosecha de agua, conservación del suelo, sistemas alternativos de riego, así como la creación de bancos de semillas nativas y criollas.

“De campesino a campesino se transfieran los conocimientos ancestrales de los otros temas para hacer la réplica en los grupos y familias de sus comunidades”, explica Edwin Camajá, coordinador del equipo local de Chichicastenango. También comenta que durante los encuentros se fortalecen los aprendizajes y se observa el empoderamiento de las mujeres. “Hoy se vio en las distintas estaciones del encuentro que ellas pueden hacer el trabajo de los hombres; también se han organizado grupos de intervención comunitaria donde la mayoría de coordinadoras son mujeres”, señala. 

Los principios fundamentales

Las Escuelas Campesinas tienen cuatro principios:

1) El campo es la primera fuente de aprendizaje. “Por eso establecemos una escuela de campo demostrativa y luego las participantes realizan las réplicas con sus familias, pero queremos generar un impacto en las comunidades”.

2) La experiencia se basa en el proceso de aprendizaje. “Se dan poco a poco y se enfocan en los conocimientos de las familias y los conocimientos ancestrales”.

3) El ciclo de capacitación abarca todo el periodo vegetativo de las parcelas. “En el caso de Chunimá se siembra melocotón, ciruela y manzana. Desde el año pasado, en las parcelas sin conservación ya se practicó la implementación de curvas a nivel y barreras vivas para que retengan la materia orgánica y la aproveche esta plantación”.

4) El plan de capacitación es acorde a la realidad de la zona. “En cada una de las comunidades donde se han implementado estas escuelas se han hecho diagnósticos previos”.

Don Juan Mejía cultiva durazno en el cantón Sacpulup. Él es un promotor comunitario que participó en la Escuela sobre la Conservación del suelo. “Siempre nos han dicho que no podemos usar químico y estamos usando abonos orgánicos debajo de los duraznos. He aprendido muchas cosas, las curvas a nivel, he sembrado zacate, también el abonero y un poco de lombrices en el abono. Con el grupo he ido a visitar para ver si lo han hecho”, cuenta. 

Las estrategias alternativas para los sistemas de riego son también una respuesta a las demandas de las familias para producir más, con una mayor calidad y mejorar la rentabilidad de su producción.

«Si uno siembra transgénico se arruinan las otras semillas«

Don Juan Mejía, Sacpulup.

Los bancos de semillas permitan el rescate de las semillas nativas y criollas. “Estamos en un contexto en el que las empresas promueven agro tóxicos y semillas transgénicas en el área; con nuestras prácticas las familias no se dejarán manipular y conservarán, protegerán y resguardarán estas semillas para las siguientes generaciones, para enfrentar situaciones de emergencia como se dio en el año 2020 por las tormentas ETA e IOTA.”, señala Camajá. 

“Allá en la comunidad no tenemos semillas transgénicas, solo criollas, tanto de maíz como frijol. La semilla transgénica es demasiado cara, también nos han dicho que no se puede sembrar en otro tiempo, solo para un año; si uno siembra transgénico se arruinan las otras semillas, por eso no hemos sembrado”, expone don Juan. 

La creación de viveros forestales para la reforestación de las fuentes de recarga hídrica es otro de los temas que las familias aprenden en las Escuelas. El mantenimiento de las cuencas en el verano es fundamental para comunidades como Chunimá, donde el área tiene un caudal muy seco y tienden a disminuir todavía más los nacimientos de agua y los riachuelos. 

Las prácticas que se realizan en las comunidades son sencillas para que las familias, mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes las puedan implementar en el ámbito de sus sistemas de producción.


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